jueves, 4 de septiembre de 2008

Sol ausente



Hoy amanecí en este galaxia desconocida y sin veredas, con el recuerdo de un sueño bello y lejano que todavía se pegotea en mis ojos. He sido testigo de un despertar sin final del sueño.


Fui sol, pequeño detalle de un mundo, queriendo seducir a la estrella más brillante con mi luna de testigo. Perdí la mirada en le misterio de lo que brilla en la lejania, en lo incierto y sin detalles.


Mi luna muda callo, testigo de esas miles de luces intrusas que hasta ofenden en el cielo.


Mi luna lloró en soledad su tristeza llenando mares en sus crateres viejos. Mi luna transformo su silencio en tempestades, agitandose en caos y revoluciones. Mi luna se desgarró en rios de lava y lluvias de cenisas que ennegrecieron el cielo. Vientos, huracanes, lluvias de hielo... Silencio. Estaciones sin un orden lógico. Caos de genesis.


Mi hermosa luna entonces ya no fue más luna. Se hizo fertil mundo. Ya no fue más mi luna, fue mundo. Y no mi mundo, fue el mundo de un lejano sol.


4 comentarios:

Luna dijo...

Hermoso relato y hermosa foto.

CAPITAN BAKER dijo...

NAVO.

Unknown dijo...

Me encantó lo que escribiste. Ojalá cada luna se convierta en un mundo.

buscandoelcamino dijo...

muy buenos textos, saludos