miércoles, 25 de junio de 2008

Sobre la complejidad y la simplicidad




Somos seres simples y complejos al mismo tiempo. Demasiado simples para comprender nuestra complejidad. Y demasiado complejos para entender la simplicidad. Porque lo complejo es suma de simpleza y entender lo simple es demasiado complejo, es por ello que deberiamos aceptar sin cuestionar a lo simple. Cuestionandolo lo volvemos complejo nuevamente.


Pero lo simple nos resulta mas hermoso porque facilmente logramos disfrutarlo entero, abarcalo, entenderlo, poseerlo. Es precisamente por eso que tendemos a simplificar el mundo en que vivimos dejando de lado lo que no es necesario entender. Nos movemos, x=xo + v.t + a.t^2. Simple, hermoso, perfecto. ¿Perfecto? Si, con la salvedad de ser aplicado a un mundo ideal, lleno de supuestos que la realidad no nos muestra, lleno de mentiras que necesitamos creer.


¿Son tan simples son la cosas que consideramos simples? ¿El agua que baja por la montaña, un flor? ¿ Los besos, el amor? Cuantas millones de celulas nerviosas se activan para poder percibir el roce de los otros labios y devolvernos aromas, gustos, texturas, en sentimientos, que magicamente se transforman, en un sentimiento total. ¿Es tan simple ? Cuantos millones de años de evolución debieron pasar para que exista una célula, cuantos para que ellas se agrupen en estructuras simples y cuantos mas para devenir en formas complejas capaces de generar sistemas nerviosos que trasmitan tu ser a mi ser. No, no es nada simple.

Pero ahí es donde interviene la magia de transformar esos millones de años en ese simple momento. porque de alguna manera olvidamos el resto y solo queda eso. Como ese cielo azul que todos vemos, que ni es cielo ni es azul, lastima grande que no sea verdad tanta belleza, pero a quien le importa !


Y esas cosas, esas tan complejas, que por alguna magica manera logramos verlas tan simples son las que transforman una existencia en felicidad.


Son esas cosas simples que solo sabes sin poder justificar. No hace falta analizarlas, porque son demasiado complejas como para entender. Nos llenan tanto que somos capaces de olvidar el resto. ¿Quien alguna vez recostado bajo un tibio sol de primavera no se ha olvidado hasta de su propia existencia?


martes, 17 de junio de 2008

Los muchos yo



Aun recuerdo la lluvia que mis ojos veian, y el sol, firme, calentando mi rostro helado. Sus labios articulaban razones que mi razón no entendía. Vanas excusas , pensé, de un tiempo de sequéa.
Me pregunté que hubiese dicho aquella niña tenerosa y ciega de amor, aquella del pasado que ya no era, si escuchara a esta, la misma pero otra, decir lo que la primera jamás hubiera imaginado, lo que jamás le hubiese permitido.

Ese dáa supe que somos muchas personas diferentes viviendo nuestras vidas, que también son muchas, y diferentes.


¿La habrá visitado luego vomitandole reproches? ¿La habrá condenado también a un destierro de solodad y desidia? ¿Acaso cuál le reprocharia a cuál? ¿Quién a quién? ¿Será ya otra también?

Eternas preguntas sin necesidad de respuestas. De un yo que ya no soy ese.

 

miércoles, 11 de junio de 2008

No ha venido la amada



No ha venido mi amada ni vendrá todavía,
no han llegado las manos que debían llegar.
Se ha perdido en un cruel laberinto de eternidad.
Se ha demorado del otro lado,
como una oscura crueldad.
Como una burla del destino, esta mentira hecha verdad.
El día no amanece ni los pájaros lo anuncian
en este limbo sin sentido podrido en cotidianidad.

No ha venido la amada ni vendrá todavía,
ni tal vez vuelva jamás,
y este negro silencio se enceguece en su propia oscuridad.
Se cargan las nubes y el viento se apura en torbellino.

No ha venido la amada ni vendrá todavía,
y mientras su ausencia grita su presencia
mil coros estallan en lagrimas detrás del espejo
sin poder mentir la soñada realidad
Sobre el borde de esta cama fría, infinita e inmóvil
su silencio de ausencia siembra mi tristeza en este fértil suelo

No ha venido la amada ni vendrá todavía.
Mis palabras se adelgazan y se vuelven inútiles,
sordas notas en un pentagrama de ruido.
Y sin embargo son el único río en donde fluye esta firme ilusión,
cruzando sus silencios, mas allá de su indiferencia.
Ojala logren hacerse invisibles y encuentren
el camino de caracol que muera en su esquivo corazón.

Quisiera romper la pluma, no necesitarla,
quisiera matar a cada una de estas palabras.
Que sean mis ojos y mis manos,
mi boca y mis gotas de sudor,
las mensajeras de mi amor.

No ha venido la amada ni vendrá todavía,
y es muy probable que ya no venga.
Pero ahora por encima de dudas y temores
y engañando la herida de los viejos dolores
recuerdo un solo día que tal vez nunca me fue destinado,
era un día incesante y cualquiera
pero me enseño lo real de cualquier quimera.
Y me dice que mientras que llega, vivamos la alegría
de tener en la vida una esperanza más.
Que todo es de repente, como la vida, que ya es suerte.

No ha venido la amada ni vendrá todavía,
y para cuando llegue florecerán los días
Y todos los dolores se apagaran.
La luna saldrá mucho más bella tras la montaña ideal.

martes, 3 de junio de 2008

Ausencia




Quema en mi alma tu ausencia
Llena de aquel pasado no olvidado
El mañana no llega con su manto de olvido
Y el viento trae tu aroma desde tu rincon dorado
La primavera es solo el momento en que te soñé
Y mi cruel invierno detenido en lo que no olvidé
Lagrimas, mudas palabras de mi alma
Cayendo sin sentido al suelo.
Sin que estes escucharlas.