viernes, 4 de julio de 2008

Que raro es el amor



Chapoteaba desordenada la luna en ese charco que ella pisó al pasar. El hundió aun más sus pensamientos tratando de encontrar palabras justas capaces de trasmitir lo confuso de esos sentimientos que tanto lo turbaban. La amaba, siempre la amaba. Incluso cuando la odiaba. Amor y odio no son antónimos. El amor, ese amor, estaba. Era siempre, y por sobre todo, ese amor que ellos tanto conocían y que tanto lo hacia feliz.
Ella lo amaba, siempre lo amaba. Incluso cuando lo odiaba. El amor, ese amor, estaba. Y era lo que mucho le dolía, porque a pesar de todo, y siendo tan necesario, ella no era feliz.
Llegaron a ese banco despintado que tantas historias podría contar con más miedos que certezas. Ahí, enfrente, los mismos árboles, las mismas casas, otras personas, y ellos, no tan diferentes, volvieron a encontrarse en sus miradas. Sus manos latían enredadas, sus corazones, hermanados.

Que raro es el amor pensaron los dos.

El habló, ella calló. Ella lloró, el sonrió tristemente. Ella habló, pero sus suspiros insistían en mantenerla callada, entonces el la besó, y sus bocas se dijeron lo que ellos preferían callar.
Tomaron distancia, y aire, los dos sabían porqué la tristeza los invadía. Ella habló nuevamente y ese beso quedo lejos. Cada uno se recluyó ahora en su solitaria torre de opuestas fortalezas. Y desde allí insistían con sus flechas, se atacaban y se defendían. Otro beso sello la paz. Ellos se amaban. El era feliz, ella no. Hay razones que el corazón no comparte se dijeron, pero no pudieron encontrar ninguna. La infelicidad de ella era ahora la infelicidad de el.

Que raro es el amor pensaron los dos. Se amaban, pero no podían estar juntos.

Esa noche intentaron consumir ese fuego que aun quemaba , haciéndolo estallar en sus cuerpos, apagandolo entre sabanas mojadas. Lo lograron al principio, y fue renaciendo a medida que la luna rodaba la noche. El amanecer los encontró caminando en direcciones opuestas y pensando que ya no volverían a verse. Se fueron como vinieron cuando se conocieron, solos.

Ambos se dieron vuelta para eternizar en una imagen ese adiós, pero fue en momentos diferentes. No, no se vieron.

Que raro es el amor.